islaisla


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sábado, 23 de agosto de 2008

Necesaria es,
la muerte luego de la vida
la noche luego del día
la fuerza luego de la debilidad
la alegría luego de la tristeza
la espera luego de la prisa
la gracia luego del odio
la verdad luego del engaño
la pena luego del encanto
la belleza luego del espanto
la hora luego del minuto
la vereda luego el camino
la bebida luego de la sed
la agudeza luego del error;
necesario es,
el viento luego de la brisa
el silencio luego del grito
el fuego luego del agua
el joven luego el anciano
el verbo luego el sustantivo
el dulce luego lo amargo
el que da la mano y el que la quita
el que muere y el que vive
necesario todo
necesario el tiempo...
Si no fueras silencio
qué serías?
gaviota/pez
círculo/línea
alba/ocaso
contradicción
si no fueras día
qué serías?
silencio/estallido
cálido/frío
veloz/estático
si no fueras duda
qué serías?
contemplación/sueño
realidad/utopía
inspiración/mediodía
Si no fueras tú
qué serías?
la madrugada esperada
el silencio de las gaviotas
el veloz rayo de luna
el silencio luego del sonido
la contemplación de las constelaciones
qué serías?
el frío del brazo derecho
la utopía de los soñadores
si no fueras tú
qué serías?
línea de un verso
círculo sideral
pacífico estado del atardecer
si no fueras tú
las letras se verían sesgadas
si no fueras tú
la celeste boca de la tierra
si no fueras tú
la perpendicular calle
si no fueras tú
la imagen al cerrar los ojos
si no fueras tú
el callado vaiven del árbol
si no fueras tú
si no fueras tú,
tú serías yo.

lunes, 18 de agosto de 2008

Minúsculas letras
desplazándose hasta tus ojos
elevan en si un abrazo lejano
un invierno cálido
una estación de trenes que no llegan
la sensación de esperar
de contemplar
contemplar la tarde
la noche
el cero que inventa la mañana
o el vuelo frágil de alguna pequeña ave
estirando su grito
acompañando la tarde de los otros
con su canto
y así la suave quietud de tu mano en mi mano
la tenue risa de alguna muchacha lejana
sobre tus espaldas
o la brisa de océano en los cabellos
de que decir la luna las estrellas
el frío
la angustia en el pecho
y el taciturno caminar de errantes palabras
que tal vez ni lleguen a ser vistas
pero que bailan para acompasar esta soledad
este atardecer
junto a ti
las sonrisas
repararan el alma
y frente a mi el callado vaivén de las hojas en árboles
seguramente
calmaran este espacio
se anudan estas silenciosas palabras
se contraen se diluyen
se muestran simplemente
libélulas/letras
libélulas/calles.

domingo, 17 de agosto de 2008

Paraje solitario de calle en espera;
una luz recorre la espalda como golpe de agua
como discernir entre blanco o azul;
cadáveres rastros,
silentes pasos de auroras...
No es la bruma lo amarillo,
ni lo violeta sobre la tierra;
una avecilla frente al sol
temiendo quemar sus alas,
temblando en la orilla
bajo la mirada de un dragón/cerezo,
la soledad recorre las venas
marchitando flores a su paso,
la búsqueda de algo verdadero;
lágrimas que solas se desquitan en carcajadas,
pero dentro, en el pecho pecho habita una niña sollozando aún,
no entendiendo la forma en la que ven tus ojos,
la emoción se altera como bandada de palomas/vuelo
cuerpo de alfiler y hábitat de seda
narración de cuento en madrugada,
hay una ventana destinada para ti
ventana por la que observo tu silencio/sueño
cisnes celestes/lila,
la sensación de grises y neblina
de pie, bajo un árbol
decidiendo entre cruzar o no cruzar
la orilla del río/miedo
la orilla del río/seguridad
como ángel caido atrapado en la brumas de fondo marino
entre caracolas y estrellas de mar, lúgubre color de agua...

sábado, 16 de agosto de 2008

Árbol, desnudez de mediodía;
cálido encuentro de estrellas
mientras a los lejos una campana
de ligera boca
gira emitiendo ruidos;
transeúntes meláncolicos
recorriendo la estómago azul de la noche,
humo, cigarrillo encendido
y baile de figuras imaginadas
figuras recuerdos
figuras proyecciones
figuras, tristeza
figuras, alegría;
planeta bermellón
y polvo de tierra tostada
aquí me digo !dulcíficame!
corriente de avena y miel,
naturaleza de vaíven y viento
oh! terrible presentimiento de atardecer
y canastillas con vestidos grises
el silencio nos muestra la cara silenciosa
de las madrugadas...

jueves, 7 de agosto de 2008

Cabe en mí la profunda hendidura de la pena
para escribir estas líneas, volcadas, físicas, reales;
con la esperanza de que tus ojos pueblen en ellas su razón,
desandando la tarde
lagartijas quejumbrosas se deslizan como peces en agua,
minúsculas estelas dejadas al rozar tu mejilla,
ya no es enero, ni año perdido,
ni día fabuloso de beso y risa;
es el silencio en el costado,
es el silencio donde descansa el cuerpo;
tiene forma de sol, de Febo
de noche arbitraria,
tiene la forma de zarcillos y dientes,
de mojigata mujer esperando en el templo
el candelabro en donde vaciar sus penas,
la rutilante estrella de algún viajero
esperando al acecho el frío de lado,
la noctábula dejadez de tristeza de esquina.
Existe un lugar no lejano ahora,
lugar de cometas y de pajarillos níveos,
lugar de mariposas/líbelulas,
de transparencia en el vestido,
de saludo descansado,
de palabras sin compromisos;
sin embargo, sobre la espalda el rictus de duda,
la silenciosa sombra que ata,
la silente esperanza, ínfima, delgada,
con dedos de garfio,
errante egoísmo de madera
sobre la piel de este cuerpo prestado.
Me siento así alojada en la pupila de un extraño.

sábado, 2 de agosto de 2008

Vivo, alrededor canastillas de mimbre
Vivo, silencio, ruido, paz
Vivo, te busco, te encuentro, despertamos
Vivo, y los dedos cuentagotas señalan tu puerta
Vivo, los tambores se agitan en el pecho
Vivo, de amor me nutro
Vivo, adiós
Vivo, lágrimas
Vivo, adiós.
Tú podrías cambiar tiempo por recuerdos;
qué escoge tu paladar del viento,
a dónde noctámbula tu letra huye.

Ayer tuve miedo, y volé.

De espaldas al cielo, algo suspendido
en el alma se vio débil, se vio mal.

Porqué la espera que mata.

Me despido y aún la vista se encarga de volver
tras tus palabras/lágrimas.

Eran jazmines, eran parras y eran las buganvilias
en ese pedazo de espacio;
era tu silencio y era el mío también,
tuve tus manos entre las mías,
tú conoces la forma de mis labios
algo cae dentro, hoy, ahora
en este momento.

Tu muerte no la lloré, deje,
Deje que viviera en mí.

Tigre de óleo, de poesía, de caminatas
acechando siempre en los hombros
aecreto estelar ¡oh! mundo de letras
ciudad de piedras y tierra cuarteada
Hoy, me duelen los celestes
y los pasteles
¡Oh temible plasticidad!
¡Oh temible visión!