Viajar, el viento es el compañero
imágenes de arlequines danzando
la brisa fría eleva el vestido en el espacio
cuando caminamos nos desprendemos en polvo
nos quedamos en los paisajes que admiramos
el sol perfila nuestro semblante
nos colocamos un sombrero
y reimos rompiendo luego en carcajadas de felicidad
nos purificamos
con los sonidos
dejándonos en historias de marionetas e hilos
el óleo se escurre en el pincel
todo el escenario se cubre de recuerdos
Carlota se recrea en los ojos del monigote
y salen del dintel de la puerta
los peces rojos
y el cuadro embrujado que nos traslada a otra dimensión
donde somos intocables
casi dioses
en paz con las plantas
con el agua, el fuego y el aire...
Un cuervo desciende del ocaso
y nos cuenta el por qué de las estrellas
y la historia de la niña de la pañoleta lila
sonreimos bajo la planta del lúcumo...
Ahora ya no asoman ni el ejardinero ni la vieja del pan
ni el doceavo hijo perdido ayer entre las callecitas empedradas de un pueblo...
Sonrie Vilma y los acotecimientos vuelven
vuelven las golondrinas
la rosa en la arena
las líneas difusas de otros días
que no son éstos
Con ellos también vuelve el frío
y la palabra animosa
Viajar, extendernos en este planeta como dos hojas en blanco.