Volver a renacer sin ver rostros
estando en cada uno de los espacios de la plaza mayor
en el diván de las decisiones
en la espesa tarde anaranjada
renacer sobre la muerte de los otros
que ya no son más
y tú del otro lado del universo
los recuerdos los sinceros olvidos
el viaje largo hacia la seguridad del espíritu
reconfortantes paisajes eternos...

Permanecer, ser en las tardes
sentir y no sentir
el viento y la nubosidad en los ojos
lágrimas
los planetas son las casas habitadas
los seres humanos somos incomprensibles
llenos de constelaciones
una gota de agua
la inmensidad del oxígeno
es noche ya
y las golondrinas plateadas son cercanas al espejismo
Platón y sus cavernas
el silencioso ardid del espacio y el tiempo
te vas y en mi cuarto un caballito de mar me observa
será la compañía sola de la mujer sola
los silencios malinterpretados
el dolor sin dolor
los valles y el profundo vacío la soledad el temor
y también la alegría
el corazón vidrioso los amaneceres sin sentido
oh vida que vaguedad de ser
en los ojos de una niña...

Algo secreto...
algo que se desliza erizándose en la piel
ruidos mediterráneos de tijeras
de cortes infalibles sobre la tela
el pedalear constante de la máquina y la mano
todo antes de la explosión
los botones, el cabello,
la música ingresando por el dintel
la ventana,
la bailarina y la edad
temblores constantes de magia en el cuerpo;
la flor, la lámpara
el misterio del tiempo en el oído,
el café y las minúsculas lombrices recorriendo el silencio
ruido de trenes en el ocaso
algo secreto... que no se dice ni se detiene...recorriéndote...

Sosegado el espíritu, medita sobre lo acontecido
... todos los ángulos de la mesa nos indican embriaguez, inusitadas marquesinas de dolor gris, verde, lila... Flores blancas... divinas flores blancas elevándose con el viento, los dorados hilos caen sobre tus cabellos, tu sonrisa es la continuidad del día en mis pensamientos...
Se deja el cuerpo en el estilizado horizonte de algodón y el alma sola viaja por los silenciosos pasadizos fríos, entretanto los días recorren todo el universo y los sonidos de la tarde vienen en forma de angustia... observar... sonreír... sonreírte y entender que el día es una continuidad, lejanos paisajes de alegría... el dolor se cuece en una sonrisa... Paisajes nocturnos, titubeantes, ondulantes, coruscantes viajes de espejismos en la tarde en la mañana y en la noche ... dormirse a tu lado sin estar a tu lado simplemente pensando... que fugaz ser... que extraño ser ... incomprendido vuelve al estado primario de ebullición constante y de paisajes nuevos... un pañuelo que ondea serpenteante en el azul de futuras acuarelas ... adiós ... adiós... el silencio ... la noche ... la danza absurda de estos últimos acontecimientos cotidianos...adiós...